Lado B <REGRESA ¿Demasiado caras y difíciles?
Siempre que se toca el tema de las dietas en una conversación, sale a flote esta frase: “hacer dieta es muy difícil”, pero cuando a eso le sumamos las palabras ‘vegetariano’ o ‘vegano’ la frase cambia a “¡nooo, eso tan CARO y difícil!”, pero… ¿realmente es caro y difícil?
Las personas que no acostumbran a comer proteína vegetal, generalmente tienen ese imaginario, pero hoy te mostraremos que están muy lejos de la realidad. Inicialmente, debemos entender que ya podemos encontrar todo tipo de productos en versión vegana, lo que hace que tengamos más variedad a la hora de elegir lo que llevaremos a casa, pues ya los precios y productos son más amigables, por lo que no tendrás que preocuparte tanto por el presupuesto que se dispone para hacer mercado.
Ahora vamos a poner un caso hipotético… Cuando vas al supermercado y ves la carne de hamburguesa de proteína animal y la comparas con el precio de la Burger B-getal con proteína 100% vegetal, por supuesto que te va a parecer más costosa la proteína vegetal, y te vas a ir para tu casa con el juicio que hacen las personas que no se atreven a introducirse un poco más en lo que es el vegetarianismo o veganismo, pero la verdad es que hacer ese juicio es como decir que una persona vegana vaya al supermercado, y vea el costo de la chuleta de buey y la compare con el precio de su carnita a base de plantas.
La realidad es que un vegetariano o vegano ¡no come todos los días carne de hamburguesa!, porque como se decía anteriormente, ya existen tantos alimentos vegetales en el mercado con los cuales suplir otros productos. Y es que estamos acostumbrados a que cuando iniciamos un proceso, sea el que sea, siempre nos vamos “de cabeza y sin casco” a comprar lo más costoso, pensando que es lo mejor, sin mirar muchas veces opciones similares, pero más económicas (muchas veces por desconocimiento), siendo ahí entonces donde radica el verdadero problema.
¿Cómo mercar en mi transición vegana o vegetariana y no morir en el intento?
Es muy fácil, solo sigue estos pasos para que sueltes esa frase “es caro y difícil” y te pases al Lado B de la vida.
Paso 1: ¡SIEMPRE!, dispón un presupuesto, con el cual acudas a tu tienda o supermercado favorito. Este presupuesto es muy importante respetarlo, para que puedas notar que con el mismo dinero con el que comprabas antes de empezar el cambio de alimentación, también es posible comprar todo tu mercado vegetal.
Paso 2: lleva siempre una lista con los productos que hacen falta en casa para darle prioridad y no lleves a casa cosas que quizás no necesites, y lo que hagan sea inflar tu presupuesto.
Paso 3: ajústate a los precios y prueba cosas nuevas, por ejemplo, si dentro del presupuesto te puedes dar gustitos y llevar las marcas que te gustan, ¡hazlo!, pero si tu presupuesto es más limitado y está a punto de colapsar, abre tu mente, cambia algunos productos por unos más económicos, capaz y te gusten…
CÁPSULA 1: visita tiendas saludables con los productos que quieras probar, sus beneficios, de lo que están compuestos, para que tengas más conocimientos a la hora de elegir tus productos.
En Casa…
De nada sirve que hagas un mercado 20/10 si no hay una buena distribución de los alimentos, de ahí la importancia de visitar al nutricionista para hacer cambios en la alimentación… por eso, amix, visita a tu nutricionista. Este profesional se encargará de guiarte y decirte la cantidad de comida por porción que necesita tu cuerpo, y así en casa puedas darle manejo a tus productos.
El objetivo de estos pasos es que puedas aplicarlos juiciosamente hasta que te adaptes a la alimentación, tus conocimientos con las dietas crezcan, logrando así que crees tus propias conclusiones y ya veas de manera sencilla y económica ser veganx o vegetarianx.
CÁPSULA 2: el trabajo, publicado por The Lancet, realizado por expertos de la Universidad de Oxford, colaboradores de la Organización Mundial de la Salud, que buscaba demostrar si –en efecto– los patrones de dieta sustentables y saludables (como el veganismo) pueden tener impacto financiero en algunas poblaciones, encontró que muchas veces las personas no invierten tanto en una buena alimentación y prefieren pagar seguridad social, cuando muchas de las causas a enfermedades son provocadas por la alimentación.
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